KISSIN´ BLACK – Dresscode: Black

7,75/10
Cae en mis manos el nuevo álbum de esta formación procedente de Suiza que recibe el nombre de KISSIN´ BLACK, un proyecto musical emprendido hace ya más de una década, en 2008 concretamente, por su particular vocalista, Giu Mastrogiacomo. En su haber cuentan con un par de trabajos previos, el disco debut de 2014 titulado “Heart over Head” y la versión de remezclas que vio la luz dos años después bajo el nombre de “Heart over Head - The Remixes”, en el que diferentes artistas realizaban sus remezclas de los temas originales, dándoles un toque diferente, aunque manteniendo esa esencia sombría que caracteriza al grupo, el cual gusta de etiquetarse como Dark Acoustic Rock.

Realmente no conocía el trabajo previo de KISSIN´ BLACK, por lo que al enfrentarme a su nuevo álbum lo primero que me llamó la atención fue su portada, que poco o nada tiene que ver con el contenido sonoro que esconde “Dresscode: Black”, de hecho ese tipo de imagen no encaja en absoluto con la música de estos suizos. Por eso me llevé una grata sorpresa, tras la aburrida imagen de presentación, al escuchar ese Rock vestido de sombras, con tintes sureños y alternativos, que se esconde a lo largo de los catorce cortes del álbum. Uno de esos discos que tienen influencias varias, pero que acaban pasándolas por su filtro personal, además la etiqueta de Dark Acoustic Rock es suficiente para hacerse una idea de cómo suena la propuesta de Giu Mastrogiacomo y los suyos.

“Dresscode: Black” es un disco generoso, con catorce canciones que dan para mucho, aunque es cierto que no todos los temas llegan al mismo nivel, siendo la única pega que se le puede poner al álbum, aparte de la portada, claro. Por lo demás, KISSIN´ BLACK nos ofrecen pasar un buen rato entre sombras y sonidos profundos, entre la vida cotidiana y la huida a lugares introspectivos, todo ello hecho con la particular personalidad de Giu Mastrogiacomo, quien también se ha encargado de la producción junto a Rob Viso, para dejar que Chris Harms (Lord of the Lost) y Benjamin Lawrenz hiciesen lo propio con la masterización. Y, en líneas generales, les ha salido una obra de lo más atractiva, por lo menos en lo que se refiere al apartado musical.

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