Tras el nombre de WESENWILLE encontramos un proyecto de Black Metal contemporáneo dirigido por dos tipos procedentes de Países Bajos que cuentan con experiencia en otras bandas como GRAFJAMMER, VERVAL, WELTSCHMERZ y WRANG. En el año 2018 publicaron su primer trabajo bajo el título de “I: Wesenwille”, el cual fue grabado de forma casera, y en él ya demostraron su pasión por el Post Black Metal y el Black Metal Progresivo actual, algo que ahora en 2021 han llevado mucho más allá con la edición de su nuevo álbum de estudio, “II: A Material God”. Un trabajo que ha sido publicado por el sello francés Les Acteurs de l'Ombre Productions y producido íntegramente por JB Van Der Wal (DOOL, LUGUBRE, ex-ABORTED), quien ya mezcló y masterizó el debut de la banda. El resultado es un disco intenso, perturbador y oscuro como pocos.
“II: A Material God” se abre con una breve introducción que forma parte del tema “The Descent”, a la que le siguen esos ambientes disonantes y melodías inhóspitas que caracterizan al Black Metal de WESENWILLE. Pero en este segundo álbum, además de esos desarrollos cercanos al Progresivo y la evidente tendencia hacia el Post Black Metal también encontramos pasajes de una atronadora violencia sonora, buen ejemplo de ello es el tema que da nombre al disco “A Material God”, en el que podemos comprobar el poder de las tormentas sónicas que los de Utrecht son capaces de desatar. Y todo ello sin perder ese rollo atmosférico y evocador que hay a lo largo de todo el álbum, que va acompañado por el trabajo de una voz negra y abrasiva encargada de escupir los versos que señalan la decadencia del mundo moderno desde un punto de vista muy personal. Un disco dinámico y variado, pero con ideas muy claras y un inconfundible tono de amargura que se filtra tanto en el caos más estridente como en los pasajes más ambientales.
Los aficionados al mundo de la fotografía habrán reconocido en la cubierta de “II: A Material God” la foto de Paul Strand que lleva el título de ‘Wall Street’ (realizada en el año 1915), una imagen que ha sido encuadrada y manipulada para adaptarse a la portada del álbum y que, sorprendentemente, funciona de maravilla con su contenido. Un mundo gris y desalentador que WESENWILLE han plasmado en forma de música a lo largo de los ocho cortes que componen este segundo disco de la banda neerlandesa. Y aunque los ecos del álbum nos puedan traer a la cabeza lo que hacen otras bandas actuales hay que reconocer que el Post Black Metal del dúo alcanza cotas muy altas tanto a nivel de expresividad como a nivel puramente musical. Por eso no me queda más que recomendar la escucha, a ser posible con detenimiento y tiempo, para poder experimentar esta propuesta tan extrema e interesante.
https://lesacteursdelombre.net
https://ladlo.bandcamp.com
https://fanlink.to/wamg
“II: A Material God” se abre con una breve introducción que forma parte del tema “The Descent”, a la que le siguen esos ambientes disonantes y melodías inhóspitas que caracterizan al Black Metal de WESENWILLE. Pero en este segundo álbum, además de esos desarrollos cercanos al Progresivo y la evidente tendencia hacia el Post Black Metal también encontramos pasajes de una atronadora violencia sonora, buen ejemplo de ello es el tema que da nombre al disco “A Material God”, en el que podemos comprobar el poder de las tormentas sónicas que los de Utrecht son capaces de desatar. Y todo ello sin perder ese rollo atmosférico y evocador que hay a lo largo de todo el álbum, que va acompañado por el trabajo de una voz negra y abrasiva encargada de escupir los versos que señalan la decadencia del mundo moderno desde un punto de vista muy personal. Un disco dinámico y variado, pero con ideas muy claras y un inconfundible tono de amargura que se filtra tanto en el caos más estridente como en los pasajes más ambientales.
Los aficionados al mundo de la fotografía habrán reconocido en la cubierta de “II: A Material God” la foto de Paul Strand que lleva el título de ‘Wall Street’ (realizada en el año 1915), una imagen que ha sido encuadrada y manipulada para adaptarse a la portada del álbum y que, sorprendentemente, funciona de maravilla con su contenido. Un mundo gris y desalentador que WESENWILLE han plasmado en forma de música a lo largo de los ocho cortes que componen este segundo disco de la banda neerlandesa. Y aunque los ecos del álbum nos puedan traer a la cabeza lo que hacen otras bandas actuales hay que reconocer que el Post Black Metal del dúo alcanza cotas muy altas tanto a nivel de expresividad como a nivel puramente musical. Por eso no me queda más que recomendar la escucha, a ser posible con detenimiento y tiempo, para poder experimentar esta propuesta tan extrema e interesante.
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