Cae en mis manos el nuevo trabajo de los catalanes HYDE ABBEY –que si no me equivoco es ya su tercer disco tras aquel “Ooparts” de 2013–, con el que la banda parece consolidarse como una de las propuestas más atractivas dentro del Metalcore / Deathcore estatal tras estabilizar la alineación con la entrada de miembros como Jon Badi al bajo y Edgar Beltri a la guitarra. Precisamente éste último ha sido el encargado de la producción, junto a Mario Patiño, en La Atlántida Estudio donde se ha grabado, mezclado y masterizado el álbum, contando con las voces que fueron registradas por Aleix Archs y Toti en Bloq Estudi. Todo esto para dar forma a una obra repleta de brutalidad, algo de melodía y aires contemporáneos a la que han bautizado como “The Devil Spokesman”.
En la primera toma de contacto con el disco nos enfrentamos a un oscuro artwork realizado por Marc Ríos en Conspiracy Studio, el cual sirve de advertencia respecto a la tormenta sonora que se nos viene encima. Y es que estos tipos funcionan como una maquina perfectamente engrasada que dispara con ferocidad un amasijo de riffs cortantes y pesados mientras su vocalista se deja las cuerdas vocales recorriendo todos los registros propios del Deathcore. La base rítmica hace gala de un gran dinamismo y se desenvuelve perfectamente entre los ritmos más rápidos y esas partes ralentizadas tan típicas del género. Pero no todo es brutalidad y pesadez, también hay alguna melodía y atmósferas modernas que hacen más fácil de digerir el disco. Un buen ejemplo de esto es el corte “Bake Kujira”, uno de mis preferidos, donde la banda juega todas sus cartas en un alegato contra los abusos humanos hacia la Naturaleza.
Once cortes son los que componen “The Devil Spokesman” –en realidad en el CD aparecen doce, pero el último es una sorpresa que no voy a desvelar– y son un buen ejemplo de lo que es el Deathcore sin artificios que se factura en nuestros días. Además cuenta con la variedad suficiente como para gustar también a quienes sigan el Metalcore algo más accesible, y en general suena bastante digno. Tal vez la única pega que se le pueda poner es precisamente que está demasiado encorsetado en los estándares de este tipo de música, lo cual no es necesariamente algo negativo, pero me da la sensación de que a HYDE ABBEY todavía les queda margen para sorprendernos en el futuro si desarrollan su parte más personal. En cualquier caso este álbum es una gozada, especialmente si te gusta la tralla moderna.
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